gsmiga
2008-01-25 17:29:42 UTC
Con ésta ocurrente frase, el ministro de Justicia se refirió a la ilegaliza
ción de ANV y PCTV, dos franquicias de la ETA, que el Gobierno en su momen
to decidió permitir que interviniesen en política. Actitud gracias a la cual
existen representates de los asesinos etarras en las instituciones vascas. In
cluso el nombramiento como Lendakari del señor Ibarreche-al que los proeta-
rras llaman Spock-se debe a los buenos oficios del Gobierno al facilitarles
el acceso al Parlamento vasco.
Grave ha sido la actitud de un Gobierno que ha accedido a las más importantes
exigencias de la banda etarra. La primera, el acceso a las instituciones polí
ticas. La segunda la oficialización del llamado "conflicto vasco" ante el Par
lamento europeo. La tercera, la instrumentalización de la Justicia a favor
de los presos etarras durante el proceso de negociación con la banda. La cuar
ta, el intento de aislamiento político del PP con objeto de que los etarras
accediesen a negociar con el Gobierno.
Naturalmente, ante el cúmulo de "favores" que el señor Zapatero ha regalado a
la banda asesina, hay que pensar que el proyecto del Presidente del Gobierno
pasaba por negociar todo lo posíble sin necesidad de reformar la Constitución.
Ciertamente, da toda la impresión de que al señor Zapatero no le hubiese desa
gradado una España confederal, que es el proyecto que ha copiado de su querido
Anselmo Carretero, un teórico socialista del confederalismo. Pero da la casua
lidad de que una confederación ibérica-llamémosle así para entendernos-no se-
ría más que el primer paso que los separatismos ibéricos estarían dispuestos
a dar, con vistas a terminarlo en el verdadero proceso independentista que es,
desde siempre, su verdadero anhelo.
Claro que la independencia de Cataluña y Vascongadas-y si se terciase la de Ga
licia-pasaría por el trance de ver a esos territorios fuera de la Unión Euro-
pea, pues si están dentro de ella se debe a que entraron formando parte de Es
paña, la cual, al desaparecer, no podría mantener dentro de ése organismo a
los nuevos "países" independientes. Pero el separatismo ya tiene preparada la
"receta" para obviar ése inconveniente. Se trataría de acceder a la independen
cia territorial y política, manteniendo a título ficticio una relación con la
Corona española que facilitase su permanencia en la UE, al menos hasta encon
trar la fórmula para la permanencia de pleno derecho como entes independientes.
O sea, una epecie de "Commonwealth" a la ibérica, y sólo por el tiempo necesa
rio para mantenerse dentro de la Europa común. No se puede saber a ciencia
cierta si esta sutil maniobra daría el resultado apetecido, pero precísamente
por eso es necesario intentarla.
Del pensamiento íntimo de Zapatero nadie más que él puede dar cuenta; pero si
pensaba que con un Estado confederal se iban a conformar los separatismos, ca
be concluir que se equivoca lamentablemente. Porque en el mismo momento de pro
ceder a dar una semiindependencia al País Vasco, habría que solucionar al pro
blema de la anexión de Navarra, que es irrenunciable para el nacionalismo aber
chale. Y la solución de ésta cuestión, pasaría, irremediablemente, por la con
sulta de los propios navarros, y posteriormente por el trámite constitucional
que implicaría, además, una reforma agravada de nuestra carta magna.
También cabe en lo posíble que el señor Zapatero tratase de embaucar a los se
paratistas y a los asesinos etarras, ofreciéndoles concesiones menores con la
esperanza de conseguir así su apoyo para mantenerse en el Gobierno indefinida
mente. Pero ésa actitud es lo más parecido a tratar de descabalgarse de un ti
gre en plena marcha. Porque una vez comenzada la espiral de cesiones, el sepa
ratismo no se iba a conformar con una declaración de autodeterminación retóri
ca, ya que lo que a continuación exigirían sería su efectividad, porque nadie
exige un derecho para no ejercerlo y dejarlo en el plano teórico. Y natural-
mente, una vez ejercido ése derecho a la independencia, el señor Zapatero se
encontraría a la cabeza del Gobierno de un Estado capitidisminuido de importan
tes componentes territoriales y políticos. Imaginen que es lo que restaría de
España una vez desgajadas del tronco común Cataluña, Vascongadas y Galicia-que
seguiría a poco tardar el camino de las anteriores-que son regiones definito-
rias y constitutivas del Estado español. ¿Sobre que iba a gobernar Zapatero?
¿Y a qué precio? España no sería viable en absoluto. Por eso es difícil cali
brar el plan que Zapatero tenía en la cabeza, dados los componentes suicidas
del mismo.
En cualquier caso, ahora que se aproximan las elecciones, y fracasada la nego
ciación con los bandidos etarras, toca arriar velas. Ahora es cuando según la
cínica afirmación del señor Bermejo, "la jugada aconseja" comenzar los trámi
tes de ilegalización de ANV y PCTV, así como endurecer la lucha antiterroris
ta y utilizar a la Justicia-con lacayos como el juez Garzón a su servicio-pa
ra atacar a los que antes se defendió y promovió como "hombres de paz", y que
ahora ocupan plaz en presidios españoles. ¿Son más malos ahora que cuando el
Gobierno negociaba con ellos? Esta es la cuestión. Y la respuesta no puede ser
más que la de que nos encontramos ante un Gobierno que ha instrumentalizado a
la Ley y a los resortes del Estado de Derecho en beneficio de los intereses par
ticulares de un partido-el PSOE-y de un Presidente-el señor Zapatero-que no
dudaron en colocar a España ante una situación comprometidísima, que ha dado
paso a una nueva andadura política en vista de la sistemática vulneración cons
titucional, de la que no se podrá salir sin pagar un alto coste político, an
tes o después. Y ése coste, habremos de pagarlo entre todos. Al tiempo.
ción de ANV y PCTV, dos franquicias de la ETA, que el Gobierno en su momen
to decidió permitir que interviniesen en política. Actitud gracias a la cual
existen representates de los asesinos etarras en las instituciones vascas. In
cluso el nombramiento como Lendakari del señor Ibarreche-al que los proeta-
rras llaman Spock-se debe a los buenos oficios del Gobierno al facilitarles
el acceso al Parlamento vasco.
Grave ha sido la actitud de un Gobierno que ha accedido a las más importantes
exigencias de la banda etarra. La primera, el acceso a las instituciones polí
ticas. La segunda la oficialización del llamado "conflicto vasco" ante el Par
lamento europeo. La tercera, la instrumentalización de la Justicia a favor
de los presos etarras durante el proceso de negociación con la banda. La cuar
ta, el intento de aislamiento político del PP con objeto de que los etarras
accediesen a negociar con el Gobierno.
Naturalmente, ante el cúmulo de "favores" que el señor Zapatero ha regalado a
la banda asesina, hay que pensar que el proyecto del Presidente del Gobierno
pasaba por negociar todo lo posíble sin necesidad de reformar la Constitución.
Ciertamente, da toda la impresión de que al señor Zapatero no le hubiese desa
gradado una España confederal, que es el proyecto que ha copiado de su querido
Anselmo Carretero, un teórico socialista del confederalismo. Pero da la casua
lidad de que una confederación ibérica-llamémosle así para entendernos-no se-
ría más que el primer paso que los separatismos ibéricos estarían dispuestos
a dar, con vistas a terminarlo en el verdadero proceso independentista que es,
desde siempre, su verdadero anhelo.
Claro que la independencia de Cataluña y Vascongadas-y si se terciase la de Ga
licia-pasaría por el trance de ver a esos territorios fuera de la Unión Euro-
pea, pues si están dentro de ella se debe a que entraron formando parte de Es
paña, la cual, al desaparecer, no podría mantener dentro de ése organismo a
los nuevos "países" independientes. Pero el separatismo ya tiene preparada la
"receta" para obviar ése inconveniente. Se trataría de acceder a la independen
cia territorial y política, manteniendo a título ficticio una relación con la
Corona española que facilitase su permanencia en la UE, al menos hasta encon
trar la fórmula para la permanencia de pleno derecho como entes independientes.
O sea, una epecie de "Commonwealth" a la ibérica, y sólo por el tiempo necesa
rio para mantenerse dentro de la Europa común. No se puede saber a ciencia
cierta si esta sutil maniobra daría el resultado apetecido, pero precísamente
por eso es necesario intentarla.
Del pensamiento íntimo de Zapatero nadie más que él puede dar cuenta; pero si
pensaba que con un Estado confederal se iban a conformar los separatismos, ca
be concluir que se equivoca lamentablemente. Porque en el mismo momento de pro
ceder a dar una semiindependencia al País Vasco, habría que solucionar al pro
blema de la anexión de Navarra, que es irrenunciable para el nacionalismo aber
chale. Y la solución de ésta cuestión, pasaría, irremediablemente, por la con
sulta de los propios navarros, y posteriormente por el trámite constitucional
que implicaría, además, una reforma agravada de nuestra carta magna.
También cabe en lo posíble que el señor Zapatero tratase de embaucar a los se
paratistas y a los asesinos etarras, ofreciéndoles concesiones menores con la
esperanza de conseguir así su apoyo para mantenerse en el Gobierno indefinida
mente. Pero ésa actitud es lo más parecido a tratar de descabalgarse de un ti
gre en plena marcha. Porque una vez comenzada la espiral de cesiones, el sepa
ratismo no se iba a conformar con una declaración de autodeterminación retóri
ca, ya que lo que a continuación exigirían sería su efectividad, porque nadie
exige un derecho para no ejercerlo y dejarlo en el plano teórico. Y natural-
mente, una vez ejercido ése derecho a la independencia, el señor Zapatero se
encontraría a la cabeza del Gobierno de un Estado capitidisminuido de importan
tes componentes territoriales y políticos. Imaginen que es lo que restaría de
España una vez desgajadas del tronco común Cataluña, Vascongadas y Galicia-que
seguiría a poco tardar el camino de las anteriores-que son regiones definito-
rias y constitutivas del Estado español. ¿Sobre que iba a gobernar Zapatero?
¿Y a qué precio? España no sería viable en absoluto. Por eso es difícil cali
brar el plan que Zapatero tenía en la cabeza, dados los componentes suicidas
del mismo.
En cualquier caso, ahora que se aproximan las elecciones, y fracasada la nego
ciación con los bandidos etarras, toca arriar velas. Ahora es cuando según la
cínica afirmación del señor Bermejo, "la jugada aconseja" comenzar los trámi
tes de ilegalización de ANV y PCTV, así como endurecer la lucha antiterroris
ta y utilizar a la Justicia-con lacayos como el juez Garzón a su servicio-pa
ra atacar a los que antes se defendió y promovió como "hombres de paz", y que
ahora ocupan plaz en presidios españoles. ¿Son más malos ahora que cuando el
Gobierno negociaba con ellos? Esta es la cuestión. Y la respuesta no puede ser
más que la de que nos encontramos ante un Gobierno que ha instrumentalizado a
la Ley y a los resortes del Estado de Derecho en beneficio de los intereses par
ticulares de un partido-el PSOE-y de un Presidente-el señor Zapatero-que no
dudaron en colocar a España ante una situación comprometidísima, que ha dado
paso a una nueva andadura política en vista de la sistemática vulneración cons
titucional, de la que no se podrá salir sin pagar un alto coste político, an
tes o después. Y ése coste, habremos de pagarlo entre todos. Al tiempo.