Gesticor
2006-01-10 10:03:10 UTC
ALUCINANTE
Link: http://www.elsemanaldigital.com/arts/44166.asp
Felipe González: "El Estatut es una cagada y Zapatero un mierda"
Un encuentro en la sede de UGT en Sevilla dio pie al ex presidente a
analizar sin corsés la situación de España, especialmente en torno a
la espiral abierta por el debate del Estatut.
10 de enero de 2006. La historia con minúscula del proyecto de nuevo
Estatuto de Cataluña de marras es la de la manifestación obscena de
las ansias de poder que anidan en el alma separatista, la querencia al
poder, el afán de gloria terrena, y lo que un presidente de Gobierno
está dispuesto a hacer para permanecer en el poder en una democracia
con pocos demócratas y mucho aprendiz de déspota. Poca práctica,
poca querencia democrática. Se acercan días difíciles y la fractura
social amenaza la convivencia por culpa de quienes aspiran a mear más
alto. Un deterioro de la convivencia se aprecia en los centros de
trabajo, en los lugares de ocio, incluso en el seno de las familias.
De forma casi milagrosa, el PSOE sigue conservando un alto grado de
cohesión interna, seguramente porque está convencido de que le va la
vida en ello. Dirigentes socialistas, críticos con el texto
estatutario, admiten ya en privado que la única salida que les queda
es que el presidente José Luis Rodríguez Zapatero llegue hasta el
final porque un rechazo ahora al Estatuto catalán sería todavía más
contraproducente. Pero ese cerrar filas no podrá mantenerse durante
mucho tiempo si la letra de la sardana final desafina y confirma los
malos augurios que florecen por doquier. El socialismo vive momentos
muy delicados, soportando un durísimo desgaste por culpa de un
erróneo pilotaje político del jefe del Ejecutivo, pájaro en vuelo
que llegó con plomo en su ala izquierda: el espeso, pesado plomo de
contentar a sus furiosos compañeros de credo nacionalista.
Felipe se soltó la melena
Los síntomas del cataclismo los rubricó en una reunión prenavideña
en Sevilla, en la sede provincial de UGT, con socialistas de antes y de
ahora, el ex presidente Felipe González. Tenía bastante con cumplir
el expediente. Sin embargo, la realidad fue muy distinta. Cualquier
asomo de gentil discurso quedó aplastado por el poso destilado por el
rostro de un González que repartió sablazos de forma inmisericorde
contra Zapatero.
"Muy duro Felipe", me advertía uno de los presentes. "Por estar en su
casa" se permitió el lujo de hablar con claridad sobre el jefe del
Ejecutivo y su política. Hablando en tono muy crítico de la
situación, González llegó a decir -siempre según la versión de
este asistente- que "el estatuto de Cataluña era una cagada porque
Zapatero es un mierda". Y puede que para muchos sea una boutade -de la
que por cierto se rumorea que existe acta en forma de grabación- a las
que tan aficionado es el ego del viejo inquilino de La Moncloa, pero
puede también que para otros muchos Felipe diera en el clavo: la
situación ha tomado tales derroteros de gravedad por la falta de un
liderazgo claro, un objetivo de dónde se quiere llegar y cómo
hacerlo.
Ni se hablan
En el clima informal y campechano de un encuentro entre amigos,
González manifestó así su descontento profundo con José Luis
Rodríguez Zapatero. En el ambiente quedó flotando la sensación de
que el sevillano ha llegado a detestar personalmente al leonés. "Es
una especie de desprecio personal que va más allá de la diferencia de
ideas", dice mi fuente. "Felipe -añade- trató a José Luis con
profundo desdén". La otrora esbelta, prometedora figura de ave
migratoria que componía Zapatero es hoy nube con plomo en ambas alas,
ave herida por el rayo furioso de ese veterano rey tronante. Es algo
que por lo demás percibían amigos y enemigos del felipismo. Siendo
todo esto así, la ruptura entre ambos presidentes es de tal calibre
que ya no se hablan. "No hay comunicación entre ellos" es una frase
textual de un dirigente de la calle Ferraz.
Según lo que han ido comentando fuentes monclovitas a lo largo de todo
el debate estatutario, "el presidente del Gobierno ha venido recibiendo
presiones o comentarios de la vieja guardia del PSOE sobre el proyecto
catalán, y ya decidió hacerles poco caso manteniendo su apuesta
reformista". Lo que no se atreve a aventurar nadie son las
consecuencias que tendrían para José Luis Rodríguez Zapatero si el
escatológico pronunciamiento de Felipe González estuviese grabado y
se hiciera público.
Link: http://www.elsemanaldigital.com/arts/44166.asp
Felipe González: "El Estatut es una cagada y Zapatero un mierda"
Un encuentro en la sede de UGT en Sevilla dio pie al ex presidente a
analizar sin corsés la situación de España, especialmente en torno a
la espiral abierta por el debate del Estatut.
10 de enero de 2006. La historia con minúscula del proyecto de nuevo
Estatuto de Cataluña de marras es la de la manifestación obscena de
las ansias de poder que anidan en el alma separatista, la querencia al
poder, el afán de gloria terrena, y lo que un presidente de Gobierno
está dispuesto a hacer para permanecer en el poder en una democracia
con pocos demócratas y mucho aprendiz de déspota. Poca práctica,
poca querencia democrática. Se acercan días difíciles y la fractura
social amenaza la convivencia por culpa de quienes aspiran a mear más
alto. Un deterioro de la convivencia se aprecia en los centros de
trabajo, en los lugares de ocio, incluso en el seno de las familias.
De forma casi milagrosa, el PSOE sigue conservando un alto grado de
cohesión interna, seguramente porque está convencido de que le va la
vida en ello. Dirigentes socialistas, críticos con el texto
estatutario, admiten ya en privado que la única salida que les queda
es que el presidente José Luis Rodríguez Zapatero llegue hasta el
final porque un rechazo ahora al Estatuto catalán sería todavía más
contraproducente. Pero ese cerrar filas no podrá mantenerse durante
mucho tiempo si la letra de la sardana final desafina y confirma los
malos augurios que florecen por doquier. El socialismo vive momentos
muy delicados, soportando un durísimo desgaste por culpa de un
erróneo pilotaje político del jefe del Ejecutivo, pájaro en vuelo
que llegó con plomo en su ala izquierda: el espeso, pesado plomo de
contentar a sus furiosos compañeros de credo nacionalista.
Felipe se soltó la melena
Los síntomas del cataclismo los rubricó en una reunión prenavideña
en Sevilla, en la sede provincial de UGT, con socialistas de antes y de
ahora, el ex presidente Felipe González. Tenía bastante con cumplir
el expediente. Sin embargo, la realidad fue muy distinta. Cualquier
asomo de gentil discurso quedó aplastado por el poso destilado por el
rostro de un González que repartió sablazos de forma inmisericorde
contra Zapatero.
"Muy duro Felipe", me advertía uno de los presentes. "Por estar en su
casa" se permitió el lujo de hablar con claridad sobre el jefe del
Ejecutivo y su política. Hablando en tono muy crítico de la
situación, González llegó a decir -siempre según la versión de
este asistente- que "el estatuto de Cataluña era una cagada porque
Zapatero es un mierda". Y puede que para muchos sea una boutade -de la
que por cierto se rumorea que existe acta en forma de grabación- a las
que tan aficionado es el ego del viejo inquilino de La Moncloa, pero
puede también que para otros muchos Felipe diera en el clavo: la
situación ha tomado tales derroteros de gravedad por la falta de un
liderazgo claro, un objetivo de dónde se quiere llegar y cómo
hacerlo.
Ni se hablan
En el clima informal y campechano de un encuentro entre amigos,
González manifestó así su descontento profundo con José Luis
Rodríguez Zapatero. En el ambiente quedó flotando la sensación de
que el sevillano ha llegado a detestar personalmente al leonés. "Es
una especie de desprecio personal que va más allá de la diferencia de
ideas", dice mi fuente. "Felipe -añade- trató a José Luis con
profundo desdén". La otrora esbelta, prometedora figura de ave
migratoria que componía Zapatero es hoy nube con plomo en ambas alas,
ave herida por el rayo furioso de ese veterano rey tronante. Es algo
que por lo demás percibían amigos y enemigos del felipismo. Siendo
todo esto así, la ruptura entre ambos presidentes es de tal calibre
que ya no se hablan. "No hay comunicación entre ellos" es una frase
textual de un dirigente de la calle Ferraz.
Según lo que han ido comentando fuentes monclovitas a lo largo de todo
el debate estatutario, "el presidente del Gobierno ha venido recibiendo
presiones o comentarios de la vieja guardia del PSOE sobre el proyecto
catalán, y ya decidió hacerles poco caso manteniendo su apuesta
reformista". Lo que no se atreve a aventurar nadie son las
consecuencias que tendrían para José Luis Rodríguez Zapatero si el
escatológico pronunciamiento de Felipe González estuviese grabado y
se hiciera público.